El cielo es la Meta

En la vida del famoso obispo de la televisión norteamericana: monseñor Fulton Sheen sucedió que un día tuvo que ir a una ciudad para dictar una charla. Desconociendo el Concejo Municipal en donde dictaría dicha con
ferencia, recurrió a un niño al que le preguntó: ¿ Me harías el favor de indi
carme dónde se encuentra el Concejo Municipal de esta ciudad ? El niño
muy curioso le preguntó: Y ¿ qué va a hacer allá ? El obispo le respondió:
Voy a dar una conferencia de cómo se puede ir al Cielo. El muchachito se le quedó mirando y le dijo con toda naturalidad: Vaya, vaya. Usted sabe cómo ir al Cielo y no sabe cómo ir al Concejo Municipal.
Esta anécdota tiene una enseñanza muy sabia que todos tendríamos que hacer nuestra. Nuestra patria eterna es el cielo y ha de acaparar nuestro corazón y todas nuestras mejores esperanzas. Hemos nacido para el Cielo y es la meta de todo bautizado. Esto nunca ha de olvidarse sino recordarlo y utilizarlo para ser más y mejores ciudadanos y, sobre todo, para llegar a ser verdaderos ciudadanos del Cielo.
Bueno y muy provechoso que valoremos nuestra formación académica y nos esforcemos por sacar un título universitario, requisito cada día más necesario ser aceptados por una sociedad cada día más tecnificada. Todos
sabemos que sin título, sin graduación es prácticamente imposible lograr un trabajo justo y bien remunerado.
Pero nuestra graduación y formación técnica, aun siendo tan valiosa y necesaria, es una aspiración temporal, mientras que lograr llegar al Cielo es nuestra razón y destino eterno: nuestra Felicidad verdadera, la que no tendrá fin.
A todos nos conviene recordar siempre, y tenerlo bien grabado en nuestro
corazón lo que dicen antiguos versos, muy sabios y estimulantes: » La cien
cia más consumada es que el hombre bien viva y bien acabe porque el que se salva sabe, pero el que no, no sabe nada»
No puede suceder a nadie que «sepa dónde está el Concejo Municipal e ignore por dónde se va al Cielo «

P. José Luis Alonso O.A.R.

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