32° Domingo Ordinario -A – (Mt25,14-30)
Todavía hay gente que cree que cuando repartieron los talentos no les tocó nada, sin darse
cuenta de que con el regalo de la vida vienen incluidos, pero hay que hacer un esfuercito para
ponerlos a producir. Hay talentos tan profundamente enterrados que muchas veces hace falta
un terremoto en tu vida para que salgan y te sorprendan hasta a ti mismo. Dios no presiona a
nadie, cada uno es libre de malgastar la vida desperdiciando los talentos o invertir sin miedo
arriesgándose a ser mejor persona. A los vagos espirituales que nunca dieron tiempo a Dios
porque no valoraron su fe, se les pedirá cuenta. La empresa de Dios te ofrece ganancia segura
sin riesgo de pérdida, sólo tienes que amar más, aunque eso traiga sufrimientos, porque al que
mucho ama más amor recibirá de Dios, al que mucho perdona, más perdón recibirá. Al final
sólo presentarás el balance de cuánto has amado para recibir el cielo.
Ina O.P.

