
Filotea, nada inventa; expresa, lo que lee, piensa, siente, y saborea;
El Espíritu Santo hace lo demás.
Así como las gotas de lluvia nos empapan cuando caen sobre nuestro cuerpo, deseo yo que las gotas de amor de la Palabra de Dios empapen nuestra alma.
No importa las veces que la hayamos oído, leído, comentado, repetido, lo importante es que calen hondo, que empapen y penetren dentro de nosotros.
Siempre parece lo mismo, pero misteriosamente, no es lo mismo; es como el agua que bebemos; es agua, sin importar el envase, ni el sitio donde la bebamos, es agua que calma la
sed.
Meditaciones
Meditaciones
VEN, dame tu mano caminemos juntos sobre las huellas de Jesús Dios Hijo, conocedor de todos los caminos y camino mismo.
En este caminar, nos vamos a tropezar con infinidad de cosas: unas amargas, otras dulces, oscuras o luminosas, y muchísimas difíciles de vencer, o de soportar; para seguir adelante, hay que aferrarse a la mano de Dios, confiando ciegamente en El, pidiéndole nos de la fuerza que necesitamos, y con ella la absoluta certeza de que venceremos.
GOTA a GOTA se llena un vaso
De lo poco a lo mucho se ensanchan los caminos.
Repetir las cosas de Dios, no es cansar, es grabar de forma permanente, y llenar gota a gota el
vaso de nuestro corazón y de nuestro espíritu del amor de Dios hacia nosotros y de nosotros
hacia Dios.
Leyendo, u oyendo, hablar de Dios, y de sus cosas, gota a gota, puede que se nos graben más, y de forma más fácil y amena.
Cuando comenté sobre el inmenso deseo que tengo de escribir sobre lo que desde siglos se ha
escrito; una persona de mi respeto me respondió: “si de veras amas a Dios y deseas que lo
conozcan y lo amen, trasmítelo, y deja al Espíritu Santo hacer lo demás.” Seguí su consejo,
me entregué al Espíritu Santo, y aquí me tienen conversando con ustedes y dejando que Él
haga lo demás.
LA PALABRA DE DIOS
¿Qué sabes tú de la Palabra de Dios? Contesta esta pregunta, para ti mismo.
La Palabra de Dios es manantial de agua viva, siempre igual, y siempre diferente; que se
actualiza, se renueva, se oye diferente, pero tan precisa, para tal o cual momento presente que
asombra. Es Palabra de Dios, sin tiempo ni lugar.
Esta Palabra de Dios, la trasmitió su Hijo Jesucristo; quién a su vez la hizo memorizar a sus
apóstoles, para que ellos la difundieran por todo el mundo.
OJO Hay que ser humildes y no cambiar nada de lo trasmitido por los Apóstoles, lo
aprendido del propio Jesucristo.
Hay que ser fiel y celoso de lo enseñado por Jesús. El criterio humano se equivoca fácilmente
y es mudable.
No es lo que yo pienso, lo que a mi me parece, lo que yo creo. Es sencillamente lo que me
enseñó el propio Hijo de Dios, Nuestro Señor Jesucristo, por mandato de Dios Padre.
OIGAMOS A JESÚS
“Porque yo no hablo por mi propia cuenta: el Padre que me envió me encargó lo que debo
decir y como decirlo. Por mi parte, yo sé que su mensaje es vida eterna.
Por eso entrego mi mensaje tal como me lo encargó mi Padre” (Jn.12. 49-50)
Jesús nos da el Mensaje que le da Dios Padre, Jesús Dios Hijo se lo enseña a sus apóstoles; los
apóstoles lo trasmiten, tal cual lo aprendieron de Él, nosotros lo repetimos, no lo cambiemos.
MUCHO CUIDADO CON TU PROPIA INTERPRETACION
Para todo aquel que desee y sienta la necesidad de proclamar el Evangelio, La Buena Nueva,
es requisito primordial la humildad y la fidelidad de proclamarlo en toda su pureza de origen.
Mucho, cuidado con la libre interpretación.
Mucho cuidado con la manipulación de la Palabra de Dios.
Mucho cuidado con la euforia, con la efervescencia, la ilusión.
El entusiasmo iluso se desvanece, no cuaja, no tiene consistencia.
Habla de ella con amor profundo, se tú mismo, expresa tu sentimiento, siente lo que predicas.
Nunca olvides que los Apóstoles trasmitieron lo visto, oído, vivido,
junto a su amado Maestro, no lo cambies tú; guarda para ti lo que se te ocurra pensar; habla
de ella en toda su pureza apostólica.
HABLA DE DIOS
Habla de Dios donde quieras que estés. Deja que tu amor por Él se note por la inmensa fe que
le tienes, por su Presencia permanente en tu corazón, tu mente, tu alma; porque no puedes
dejar de nombrarlo porque lo amas. Habla de Dios con ardor, lejos de toda apatía, el apático
no convence, ni a sí mismo.
Habla de Dios, repártelo a manos llenas, para que el hambriento de Dios se alimente de Él.
Dios te ha llenado de su amor, compártelo, no te lo guardes; has que otros lo conozcan y lo
amen.
EL CONVENCIDO CONVENCE
Muchos hablan de las cosas de Dios, y el oyente se queda pensando en lo bonito que oyó, y
nada más.
Las oraciones, las palabras, las obras, los sacrificios, el conocimiento de las cosas de Dios,
muchas veces no convencen, se toman como cosas buenas, de personas muy buenas. Para
convencer hay que estar convencido, y llenos de las vitaminas potentes que se llaman: fe,
amor, ardor, que se note que estas convencido, trasmite fe inquebrantable. Para las cosas de
Dios, no hay explicación, creer sin ver, sin comprender, es saber que para Dios todo es posible.
NO TE SIENTAS MAL
No te sientas mal cuando no sabes como entrar y hablar de Dios, cuando sabes que van a
burlarse de ti, y te dirán descaradamente: vas a seguir con el mismo fastidio.
No te des por vencido. No lo tomes como personal. Son personas inconcientes, vacías, Dios no
les interesa; en ti y en tu tesón, esta seguir tocando, hasta calentar esos corazones fríos.
En el camino hacia Dios, jamás darse por vencidos, ni sentirse mal, ser pacientes y constantes.
Recurramos al Espíritu Santo, Él resuelve.
SED DE DIOS
La sed de Dios la padeció San Agustín por años y años; dando tumbos por aquí y por allá, hasta
que bebió de la única fuente que calma toda sed. Fuente de sabiduría, el amor de Dios hacia la
criatura que había creado y donde Él vivía, y Agustín descansó.
Tantos años buscándolo, y Dios vivía en el. San Agustín es un ejemplo vivo de conversión total.
Lo encontró, lo amó, se entregó a Él, y lo dio a conocer y amar. Se santificó.
El camino hacia la santidad nace de encontrar a Dios y lleno de su gracia amarlo en profundidad olvidándose de si mismo. Vivir para Dios y en Dios, haciendo el bien que se pueda, con humildad y limpieza de alma.
AMAR CON FE
AMAR CON FE, es fuerza poderosa que nos permite cambiar.
La FE con amor en nuestra vida cristiana, nos permite el gozo de sentir la Presencia Amada.
La fe nos llena de un privilegio incomprensible, amamos, sin ver, oír, tocar. Nos inunda de un
sentido espiritual que reconforta y llena.
Yo amo, yo creo, yo confío en DIOS.
Somos afortunados; pertenecemos al grupo de los que cree sin haber visto.
Jesús nos considera felices; bien clarito se lo dijo a Tomás
“Tú crees, por que has visto.
Felices los que creen sin haber visto” (Jn. 20,29)
Jesús nos considera felices, porque Él conoce el poder de la fe, y la riqueza que ella proporciona.
Creer sin ver, es tener el don de la fe, que debemos pedir constantemente a Dios Padre y nos la
aumenta cada día. Este don, nos conduce al Reino de Dios, a vivir con Él y en ÉL.
Poesías
LA ORACIÓN, es el lazo que nos une a Dios con amorosa atadura. Es unión espiritual con quien te ama y amas. La oración es vitamina poderosa para la vida espiritual; muchas caídas, muchos
fracasos, mucha falta de fe, tienen su origen al abandonar la Oración. Esto lo repito siempre
REZAR es: HABLAR con DIOS de Persona a persona.
Que jamás te frene que no lo sabes hacer.

Santa Sugerencia
Cuando entres a una Iglesia,
no vayas derechito a las imágenes
bellas y benditas.
Busca la señal, la lamparita,
ella te dirá con solo verla
que encerrado en el Sagrario habita
el dueño de la casa,
y espera tu visita.
Recuerda y jamás olvides
cuando entres a la Iglesia,
de saludar primero,
al dulce prisionero
del amor.
Ten siempre presente a Dios en tu pensamiento, no lo olvides, no lo dejes de lado, dándole prioridad a cosas vanas y pasajeras, todo cambia, todo pasa, solo Dios es permanente.
En el instante preciso de Dios Padre, que solo Él conoce, será el regreso de Dios Hijo,” para juzgar a vivos y a muertos y su Reino no tendrá fin” – es para pensar –
Hay que estar alerta, con las lámparas encendidas. Él vendrá. ¿Cuándo? Sólo Dios Padre lo sabe.
¿HAS HABLADO CON DIOS?
¿Has hablado con Dios?
Has tú la prueba.
Habla con el amor de los amores.
Cuéntale muy quedo, dulcemente,
tus penas, alegrías y dolores.
No ves que Él es amor,
que es luz, que es vida,
que es en fin
el amor de los amores.
¿Que no oyes su voz?
no, no te inquietes,
porque la voz del alma
no se oye.
Si te acercas a ÉL
con tímido respeto, ábrele el corazón,
cuéntale todo, y verás
que al decirle lo que sientes,
un éxtasis divino te conmueve
y quedas consolado, satisfecho,
porque con Él hablaste
del alma a Dios.
¿No ves que es necesario
hablar con DIOS?
Meditando
Cuantas veces me imagino
que me acerco calladita
de puntillas.
Que me pongo de rodillas
frente a Ti
en el Altar.
Que te extiendo los brazos
y te digo:
Señor aquí me tienes,
no tengo nada que decirte
que no sepas,
Tú me conoces bien,
Tú sabes lo que pienso
y lo que quiero;
apiádate de mi.
Ayúdame a cargar la cruz
con valentía.
Ayúdame a ser fuerte,
Ayúdame a vencerme,
y evitar todo aquello
que pueda a Ti ofenderte.
Señor, yo no soy digna
de llegar hasta Ti.
Quiero llenar mis manos
para que cuando muera,
te diga:
no soy, ni valgo nada,
pero te amo.
Recíbeme en tus brazos,
no te importe quien soy,
ni como soy;
solo mira mis manos,
no las traigo vacías,
están llenas de amor;
a fuerza de vencerme
y adorarte,
me las llené Señor.
¡OH MI DIOS!
Quiero amarte por encima
de todos mis amores.
Quiero amarte por encima
de todas mis miserias.
No permitas
que nada se interponga,
que nada pueda un día
apoderarse de mi alma,
y hacer, que siendo tuya,
pueda ser sólo mía,
que yo de ella
disponga libremente,
que la entregue,
sabiendo que no es mía,
que es tuya, y solo tuya,
que te la di por siempre
Quiero amar a los míos
con todo el corazón;
a Ti, te quiero amar
más allá de la vida,
con el alma inmortal,
con amor infinito
que no acabe jamás.
