3 del Rosario

Sucedió en Japón

El famoso P. Emiliano Tardiff narra la siguiente historia que él vivió en uno de sus viajes a Japón. En ese país los católicos son un puñadito en relación a una masa ingente de personas que todavía no han conocido a JESUS. Cuando llegó le solicitaron que fuera a una casa en donde una muchacha muy joven estaba poseída por el demonio. Fueron con él un grupo de personas. Se acercó a la cama en la que se encontraba aquella joven y empezó a escuchar una letanía de blasfemias a cual más horrible. El P. Emiliano empezó a hacer su oración invocando el sacratísimo Nombre de JESUS, a envolver a la joven con la Sangre preciosisima del Señor, a exigir al demonio a que saliera de aquella joven y así por un un buen rato. Viendo los allí presentes que las blasfemias continuaban y el P. Emiliano iba a perder el avión, a uno de los allí presentes se le ocurrió rogarle al P. Emiliano que iniciaran el rezo del Santo Rosario, convencidos de que la Santísima Virgen es la más poderosa capitana en la lucha contra el demonio. No habían terminado la primera decena del rezo mariano, cuando vieron que la muchacha daba señales evidentes de liberación, pues no sólo no vomitaba blasfemia alguna, sino que se relajaba y terminó por quedarse completamente dormida y libre del demonio. Al día siguiente, la joven llamó por teléfono al P. Emiliano para darle las gracias por la completa sanación y liberación del demonio.-

EL ROSARIO DE AMPERE

Arrodillado una vez en una iglesia de París rezaba el Santo Rosario el sabio Ampere, el cual a los once años descollaba como matemático, y a los dieciocho había rehecho todos los cálculos de la mecánica analítica de Lagrange, sin que estos profundos estudios le impidiesen aprender, como jugando, el latín, el griego, el italiano y la botánica. Pero lo que le dio más celebridad fué la invención del telégrafo eléctrico.

Federico Ozanam entró en el templo y, movido por la curiosidad, se adelantó para reconocer a aquel anciano cuya piedad le sorprendía. Calculen su sorpresa al descu­brir al sabio, de quien era entusiasta ad­mirador. Profundamente conmovido se arro­dilló detrás del maestro y la oración y las lágrimas brotaron a la vez de su corazón. El triunfo fue tan glorioso para la fe que Ozanam llegó a ser uno de los fundadores de las Conferencias de San Vicente de Paúl. Con frecuencia repetía: “El Rosario de Am­pere ha hecho más sobre mí que todos los libros y todos los sermones.”

GLUCK Y EL ROSARIO

El célebre músico Gluck poseía, de niño, una preciosa voz de tiple y cantaba en las principales iglesias de Viena. Un día se le presentó un religioso y le dio un rosario recomendándole que lo rezara cada día, como así comenzó a hacerlo desde muchacho. Deseoso de ir a Roma a estudiar, se halló falto de recursos. Rezó el rosario con mayor fervor. Un día el Maestro de Capilla de la Basílica lo llevó consigo a Roma. El músico empezó a prosperar y seguía rezando el rosario. En sus misterios buscaba inspiración para sus obras. Atribuía su prosperidad y su éxito a ese rosario que, hasta su muerte, rezó diariamente.

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