¿No tienes ganas de nada?


¿NO TIENES GANAS DE NADA?
Disfruta ese momento, sintiéndote abrazada por Dios.
Enciérrate entre sus brazos, muy cerca de su corazón. Deja que ese desgano te llene de Dios,
disfrútalo en Él.
TENGO LA MENTE EN NEUTRO
Que tienes la mente en neutro, que no se te ocurre nada. Detente, borra todo lo que no sea Dios, y déjate iluminar por Él. ÁMALO y confía. Los milagros ocurren.
Dios proveerá.
QUÉ FASTIDIO
Que fastidio, siempre lo mismo. No seas tonto, bendice a Dios por ese fastidio de
siempre lo mismo.
Piensa por un momento: ¿Qué sería del mundo, sin ese fastidio de la salida del sol, todos los
días, a la misma hora prevista por Dios?
El fastidio, la rutina eres tu mismo, muchas veces, porque te domina la flojera, la inercia en
que vives o porque has perdido la fe, la piedad, el amor a Dios, lo tienes engavetado. El
fastidio. la rutina, eres tu mismo. Busca oficio que te distraiga.
¿EN QUÉ CONFÍO? CONFÍA en DIOS.
Confía en su Palabra cuando te dice: YO te amo
Confía en ÉL, que jamás te defraudará.
NADIE ME QUIERE
Esta frase tan común, ya fastidia por lo absurdo que suena.
Para empezar: tienes a muchos que te aman aun sin decírtelo, sencillamente te lo demuestran
con pequeños detalles que no se ven.
Eso mismo haces con Dios, que te ama, y a cada instante te lo demuestra, y no lo quieres ver.
¡Ama tú, demuéstralo, te sorprenderás!
¿ESTÁS TRISTE?
Empápate de su amor, y todo cambiará; el sabe consolar y es maestro en quitar tristezas,
verdaderas, e imaginarias.
Ten un contacto íntimo y personal con Dios; deja que esa Grandeza estreche a su pequeñez,
deja que el amor mutuo haga lo demás, Dios lo es todo, lo puede todo,
pon de tu parte, búscalo, Él es maravilloso consolador de tristezas.
¿QUÉ CRISTIANO SOY?
¿Qué cristiano soy? ¿Creo en la Palabra de Dios? ¿La cuestiono? ¿La interpreto a mi
manera? ¿Me convence lo que pienso, siento y soy?
O mi fe cristiana me lleva a creer lo que me enseñaron los que convivieron con Cristo y de Él
aprendieron, y trasmitieron sin quitar, ni poner. ¿Amo de verdad a mi Iglesia Católica que
enseña esta verdad? ¿Digo con amor: Soy cristiana católica?
¿Sigo lo que aprendí de lo trasmitido por sus apóstoles que dieron la vida, muriendo
martirizados por defender lo que habían visto, vivido y proclamaban?
LA ORACIÓN
La oración es el vínculo que nos une a Dios. Unión espiritual con quién te ama y amas. La
oración es buscar a Dios y llenarse de ÉL.
Ora constantemente, es decir conversa con Él a cada instante y en todo lugar y momento. Él
siempre está esperándonos.
PERDONA.
Un agonizante, clavado en una cruz, ensangrentado, adolorido, maltrecho de tanta crueldad,
ya sin fuerzas, muerto de sed y de horror, tiene los bríos de pedir a Dios “Perdónalos Padre,
porque no saben lo que hacen”. Eso estremece.
Olvidándose de sí mismo, implora a Dios Padre, no por Él, sino por sus verdugos.
No hay palabras. Lo que predicó, lo cumplió.
Dios es un Padre amoroso, lleno de compasión, que perdona y concede gratuitamente la
gracia pedida.
En la oración del Padre Nuestro, claramente decimos: “Perdona nuestras ofensas como
también nosotros perdonamos a los que nos ofenden.” Al rezar esta oración, hay que
profundizar en lo que estamos diciéndole a Dios Padre, no lo digamos a la ligera, meditemos
bien lo que estamos rezando; le estas diciendo a Dios que nos perdone, en la medida en que
nosotros perdonemos. Es de miedo.
SANA Y PERDONA
Perdonar y sanar, dos gestos muy marcados en la vida de Jesús.
Mientras cura, Jesús invita a la fe, a la conversión al deseo de perdón, al cambio de vida (Lc
5,32) “He venido no para llamar a los buenos, sino para invitar a los pecadores a que se
arrepientan”.
La misión de Jesús desde su comienzo fue la salvación, llevarnos al Reino de Dios. Su
enseñanza camina hacia nuestra salvación, hacia nuestro encuentro cara a cara con Dios
Padre, que nos ama y nos espera. Jesús es nuestra vida de salvación y es nuestra salvación
por la voluntad de Dios Padre.
Filotea

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