
29º domingo ordinario –A (Mt. 22,15-21)
La moneda es del primero que se la encuentre, dice el ladrón, y es que hay monedas que llevan grabada la imagen perversa de la corrupción, y por eso no tienen nada que ver con Dios.
Lo que es de Dios es el amor, la única “moneda” que funciona en la economía de la salvación y se usa para invertir en todo lo bueno, en solidaridad, justicia y paz. En el amor va impresa la imagen de Dios y nosotros, creados a su imagen y semejanza, somos de Dios, por eso debemos darnos a Él y usar los talentos que Él nos ha regalado para compartir.
No hay que ser monedita de oro para agradarle a todo el mundo, lo único importante es agradar a Dios con nuestras acciones y darle lo mejor de nuestro tiempo para estar con Él, para escucharle y no dejar que el mundo nos distraiga, nos atrape y se robe lo que le pertenece a Él.
Mira bien la imagen de la iglesia necesitada en misión y el rostro feliz de los misioneros dando la vida para que Jesús sea conocido y amado en el mundo entero; ofrece tu oración, sacrificio y ayuda económica para que se conviertan en verdaderos milagros misioneros. Comparte tu fe y desde tu vocación, dile al Señor: “Aquí estoy, envíame” (Is 6,8), porque ser misionero es darse y dar a Dios lo que es de Dios.
Ina O.P.
